Tipos de calzado de seguridad

Calzado de seguridad en México: normativa, selección y gestión técnica

Resumen ejecutivo: El calzado de seguridad en México debe seleccionarse y gestionarse con base en la evaluación de riesgos del puesto, la conformidad con la normativa aplicable, la verificación de prestaciones mediante ensayos y la implementación de políticas de reposición y mantenimiento. Una gestión técnica adecuada reduce lesiones, mejora confort y asegura cumplimiento legal.

Marco normativo y requisitos esenciales

Normativa aplicable: El calzado de protección comercializado y utilizado en centros de trabajo en México debe cumplir los requisitos técnicos y de marcado establecidos por la normativa nacional vigente que regula especificaciones, métodos de ensayo y etiquetado del calzado de seguridad. Los empleadores y proveedores son responsables de garantizar la conformidad documental y la trazabilidad de los lotes.

Requisitos técnicos básicos: resistencia al impacto y compresión en la puntera, resistencia a la penetración de la suela, propiedades antideslizantes, absorción de energía en el talón, disipación o aislamiento eléctrico según necesidad, y resistencia parcial o total al agua y a hidrocarburos según la categoría.

Clasificación funcional y criterios de selección por riesgo

Principio de selección: elegir el tipo de calzado en función del análisis de riesgos del puesto, priorizando prestaciones que mitiguen los peligros identificados (impactos, perforaciones, resbalones, exposición a líquidos o sustancias químicas, riesgos eléctricos).

Niveles funcionales representativos:

  • Calzado básico con puntera resistente: indicado para entornos con riesgo de impacto leve y sin exposición a objetos punzantes.
  • Calzado con propiedades antiestáticas y absorción de energía: recomendado en manufactura y logística donde se requiere disipación controlada de cargas y confort en talón.
  • Calzado con suela antiperforación: esencial en obra, mantenimiento y almacenes con riesgo de objetos punzantes.
  • Botas impermeables con suela antiperforación y resistencia a hidrocarburos: para trabajos exteriores, petroquímica y entornos húmedos o aceitosos.
  • Calzado con aislamiento eléctrico o certificación antiestática: para tareas con riesgo eléctrico o donde se requiere control de descargas electrostáticas.

Componentes técnicos y materiales

Puntera de protección: puede ser de acero, aleación ligera o materiales compuestos (fibra de vidrio, termoplásticos). La elección afecta peso, conductividad térmica y compatibilidad con detectores de metales.

Suela: materiales habituales incluyen poliuretano (PU), caucho nitrílico y TPU; el diseño de la suela determina resistencia al deslizamiento, abrasión, contacto térmico y compatibilidad con hidrocarburos.

Inserto antiperforación: placa metálica o textil de alta resistencia; su flexibilidad y ubicación influyen en confort y protección.

Material superior y forros: cuero, microfibra o polímeros con tratamientos hidrófugos o membranas para impermeabilidad parcial o total; forros que gestionan humedad y reducen fricción para prevenir ampollas.

Plantillas y amortiguación: plantillas anatómicas intercambiables, con propiedades antibacterianas y control de humedad; sistemas de absorción de energía en talón para reducir fatiga.

Ensayos y verificación de prestaciones

Ensayos clave a exigir al proveedor:

  • Ensayo de impacto y compresión en puntera con energía definida.
  • Ensayo de penetración de suela para verificar resistencia a objetos punzantes.
  • Medición del coeficiente de fricción en superficies húmedas y aceitosas para evaluar antideslizamiento.
  • Pruebas de absorción de energía en talón y de resistencia a hidrocarburos según la composición de la suela.
  • Ensayos eléctricos para calzado aislante o antiestático según la necesidad del puesto.

Control documental: solicitar certificados de ensayo emitidos por laboratorios acreditados, ficha técnica del producto y marcado que identifique prestaciones, talla, lote y fabricante.

Ergonomía, ajuste y confort operativo

Ajuste correcto: la talla debe permitir espacio para los dedos, sujeción del talón y soporte del arco; un ajuste inadecuado incrementa riesgo de ampollas, lesiones por sobrecarga y fatiga.

Peso y diseño: calzado ligero reduce esfuerzo metabólico; sin embargo, debe equilibrarse con la protección requerida. Evaluar prototipos con usuarios para validar confort en jornadas reales.

Transpirabilidad y control de humedad: materiales y forros que evacuen sudor disminuyen riesgo de dermatitis y mejoran aceptación del usuario.

Plantillas y soporte: plantillas intercambiables y sistemas de amortiguación reducen impacto repetitivo y mejoran ergonomía en trabajos de pie prolongado.

Mantenimiento, vida útil y criterios de sustitución

Inspección diaria por el usuario: verificar puntera, suela, costuras, sistema de cierre y ausencia de deformaciones, cortes o desprendimientos.

Limpieza y conservación: limpiar según material; evitar exposición prolongada a agentes químicos que degraden polímeros o cuero; secado controlado para evitar deformaciones.

Criterios de sustitución: reemplazar ante desgaste visible de la suela, pérdida de rigidez de la puntera, perforaciones, daño en forro o pérdida de propiedades antideslizantes; establecer política de reposición basada en horas de uso y condiciones operativas.

Registro y trazabilidad: mantener control de entrega, uso y reemplazo para gestión de EPP y auditorías internas.

Implementación en la organización y control de calidad

Política de EPP: integrar el calzado en la política de EPP con responsabilidades claras para selección, entrega, mantenimiento y reposición.

Proceso de compra técnica: definir especificaciones por puesto, exigir certificados de conformidad, realizar pruebas piloto con usuarios y aprobar lotes mediante muestreo y ensayos aleatorios.

Capacitación: instruir a los trabajadores en inspección diaria, ajuste correcto, cuidados y criterios de reporte de daños.

Auditoría y muestreo: realizar muestreos periódicos para verificar prestaciones en condiciones reales y comprobar que el calzado entregado cumple las especificaciones técnicas.

Recomendaciones prácticas por sector

  • Construcción y obra: priorizar botas con puntera resistente, suela antiperforación y resistencia a hidrocarburos; verificar comportamiento antideslizante en suelos con barro y agua.
  • Logística y almacenes: optar por modelos S1P o equivalentes que combinen ligereza, protección en puntera y suela antiperforación; priorizar antideslizamiento.
  • Industria química y petroquímica: seleccionar materiales superiores y suelas compatibles con agentes químicos y hidrocarburos; considerar botas impermeables cuando aplique.
  • Trabajos eléctricos y electrónicos: especificar calzado con propiedades aislantes o antiestáticas según el riesgo; coordinar con procedimientos de trabajo seguro.
  • Sanidad y hostelería: elegir calzado cómodo, fácil de limpiar y con alta resistencia al deslizamiento; en muchos casos se prioriza confort y antideslizamiento sobre puntera metálica.

Integración con gestión de riesgos y cumplimiento

Evaluación de riesgos por puesto: la especificación del calzado debe derivarse del análisis de peligros y no de criterios económicos aislados.

Documentación y cumplimiento: conservar certificados de conformidad y registros de entrega; estar preparado para auditorías y verificaciones regulatorias.

Mejora continua: recopilar retroalimentación de usuarios, analizar fallas recurrentes y ajustar especificaciones y proveedores en función de desempeño real.

Conclusión

La gestión técnica del calzado de seguridad en México exige un enfoque integral: evaluación de riesgos, especificaciones técnicas basadas en prestaciones verificadas por ensayos, selección de materiales adecuados, pruebas de uso real con trabajadores, mantenimiento y políticas de reposición. Adoptar este enfoque reduce lesiones, mejora confort y asegura cumplimiento normativo, aportando beneficios operativos y económicos a la organización.

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