Resumen breve: El calzado de seguridad protege los pies frente a impactos, perforaciones, resbalones y riesgos químicos o eléctricos; elegir el tipo correcto depende del riesgo principal, el entorno y la comodidad del trabajador.
Tipos principales y cuándo usarlos
A continuación se describen los tipos más comunes de calzado de seguridad y sus usos típicos:
| Tipo | Protección principal | Uso típico | Materiales comunes | Ventaja clave |
|---|---|---|---|---|
| Botas de seguridad | Impacto y compresión | Construcción, minería | Cuero; suela resistente | Protección integral del tobillo |
| Zapatos de seguridad | Impacto ligero; antideslizante | Almacenes, talleres | Puntera de acero o composite | Más ligeros y cómodos |
| Botines de seguridad | Protección intermedia | Logística, transporte | Cuero; refuerzo en tobillo | Movilidad con protección |
| Zuecos de seguridad | Antideslizante e higiene | Alimentaria, sanitaria | Materiales lavables; suela antideslizante | Comodidad y limpieza |
| Botas de agua de seguridad | Impermeabilidad y resistencia química | Agricultura, pesca, industrias húmedas | Caucho o PVC | Protección en ambientes mojados |
Sources:
Características clave a considerar
- Puntera reforzada (acero o composite): protege contra impactos; el composite es más ligero y no conduce electricidad.
- Suela antideslizante: esencial en superficies húmedas o aceitosas; reduce caídas y resbalones.
- Resistencia a la penetración: suelas reforzadas para evitar lesiones por objetos punzantes en el suelo.
- Propiedades químicas y eléctricas: calzado resistente a químicos o antiestático para disipar cargas en entornos electrónicos o con riesgo de explosión.
(Estas características determinan la elección según el riesgo predominante en la tarea).
Cómo elegir el calzado correcto
- Identifica el riesgo principal: impacto, perforación, resbalón, exposición a líquidos o riesgo electrostático.
- Consulta la normativa aplicable: busca calzado que cumpla normas de seguridad reconocidas; la certificación garantiza prestaciones.
- Prioriza ajuste y ergonomía: un calzado mal ajustado aumenta fatiga y riesgo de lesiones; prueba tallas con calcetines de trabajo.
- Considera el clima y el entorno: en ambientes húmedos o fríos, opta por botas impermeables y aislantes.
- Mantenimiento y vida útil: revisa desgaste de suela, costuras y puntera; reemplaza cuando pierda prestaciones.
Buenas prácticas de uso
- Usar siempre con el EPP completo y según las políticas de la empresa.
- Mantener limpio y seco el calzado; limpiar residuos químicos inmediatamente.
- Registrar y reponer calzado según el programa de mantenimiento preventivo.
Conclusión práctica: Elige calzado que combine protección específica, comodidad y certificación; prioriza la seguridad sobre la estética y reemplaza el calzado cuando muestre desgaste que comprometa sus prestaciones


